Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un https://lilianuxtq921594.blog2learn.com/86069020/qué-habría-pasado-sin-el-cabezazo-de-zidane